Enciclopedia de Economia
A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
 
 
 

DEMOCRACIA INDUSTRIAL

Movimiento ideológico, que alcanzó el máximo esplendor durante el siglo xix y las primeras décadas del siglo xx, nacido con la finalidad de extender la democracia política a las empresas, a las que se les concebía como asociaciones de trabajadores. No se puede tener república en las calles y monarquía en las fábricas, decía la famosa frase revolucionaria, atribuida a Louis Blanc. El francés Buchez fue uno de los primeros pensadores que concibió a la empresa como una asociación de trabajadores, con el objeto de mejorar las condiciones de vida del proletariado urbano. Antes de Buchez han estado Fourier y Saint-Simón, entre otros pensadores sociales, con preocupaciones similares, aunque con soluciones muchas veces dispares.

El descontento laboral de finales del siglo xix tuvo una gran influencia en este movimiento ideológico. Fue entonces cuando la idea de la democracia
industrial comenzó a cobrar fuerza en Inglaterra, como objetivo último de las nacionalizaciones. En el manifiesto de Sidney Webb, Trabajo y nuevo orden social, publicado nada más concluir la Primera Guerra Mundial, se propugnaba la democracia industrial como modelo de organización social para Gran Bretaña. En esta propuesta fabiana se abogaba por la nacionalización de las industrias básicas, como primer paso para establecer la democracia industrial y alcanzar así un socialismo más amplio y profundo que el propugnado por el partido laborista. El fracaso de la huelga general en 1926 supuso un duro golpe a la idea de la democracia industrial y el control obrero. Pero fue sobre todo en 1933, debido a la influencia de Aneurin Beven, cuando la idea del control de las industrias por los obreros fue abandonada. En el memorándum de la Conferencia de las Trade Unions (sindicatos), celebrada en 1933, se dice que los derechos de los sindicatos, incluyendo el derecho de huelga, deben ser completamente mantenidos, pero la administración de las empresas es cada día más profesional y las personas que realizan estos trabajos deben ser formadas como los directivos de las empresas privadas.

La democracia industrial en los países de Occidente se ha limitado —si bien con algunas honrosas excepciones, como la cogestión en Alemania, por ejemplo— al reconocimiento del poder y la libertad sindicales, y poco más. En una sociedad auto-gestionada, máxima forma de democracia industrial y política, los órganos y cargos directivos de las empresas son elegidos por los trabajadores de la propia empresa, quienes son responsables de todas las decisiones que se adopten en el seno de la misma. La democracia directa, el grupo en fusión de que habla Paul Sartre, no es una forma estable y duradera de ejercer el poder, una verdadera práctica de gestión. El grado de participación en las asambleas suele ser alto en determinados momentos y ante determinadas circunstancias; luego el interés decrece y los representantes elegidos por el colectivo tienden a automatizarse progresivamente. A este fenómeno de degradación del grado de participación es a lo que Pierre Rosanvallon, en su obra La era de la autogestión (1976), denomina entropía o arterieesclerosis democrática. El movimiento autogestionario va bastante más allá, sin embargo, de la democracia industrial.

 

<< término anterior
término siguiente >>
DEMOCRACIA
DEMOGRAFÍA

 

Marcar ésta página de bookmark:

 
 

 

  Otros términos : CHEQUE BANCARIO | MERCADO DE AHORRO | TEOREMA DE HECKSCHER-OHLIN

Temas | Nuestro proyecto | Contacto | Imprenta