Enciclopedia de Economia
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INFLACIÓN

Existen numerosas definiciones y múltiples teorías explicativas de la inflación. Ninguna de ellas goza, sin embargo, de general aceptación. La inflación es un proceso de alza generalizada y prolongada de los precios. Una de las primeras explicaciones de la inflación fue la denominada teoría de la inflación de demanda. Para esta teoría, en el supuesto de que la economía se halla en una situación de pleno empleo, los aumentos de la oferta monetaria conducen a incrementos en los precios de los bienes y servicios. Cuando en un sistema económico nacional a una misma cantidad de bienes y servicios
producidos se contrapone una mayor cantidad de dinero, permaneciendo constante su velocidad de circulación, los precios de esos bienes y servicios tienen que incrementar necesariamente.

Una segunda explicación de la inflación, complementaria de la anterior, es la denominada teoría de la inflación de costes. Según esta teoría, más que al aumento de la demanda de bienes y servicios causada por el incremento de la oferta monetaria, la inflación se debe a la presión de los grupos de interés económico, deseosos de incrementar su participación relativa en el reparto de la renta nacional o producto social por encima del incremento del valor de su productividad marginal, con el consiguiente aumento del coste de los bienes y servicios producidos. Los trabajadores exigen mayores salarios, los empresarios mayores beneficios y los productores de una determinada materia prima o cualquier otro input, como la energía, mayores precios. Todos estos incrementos de costes repercuten luego en el precio del producto final, una vez que los mercados de competencia, en los que en teoría los empresarios no podrían influir sobre los precios, son la excepción más que la regla en el mundo económico moderno. Para ello es preciso, sin embargo, que la autoridad económica incremente la oferta monetaria para financiar ese incremento artificial de los costes. Junto a estas dos teorías que explican la inflación por el tirón de la demanda y el empuje de los costes, existe una tercera, la denominada teoría estructural, que sostienen sobre todo los economistas estructura-listas latinoamericanos. Según esta tercera teoría, las alzas de los precios en los países poco desarrollados se hallan fuertemente condicionadas por las deficiencias estructurales del sistema productivo y del mercado en dichos países. Esas deficiencias se manifiestan principalmente en la desigual distribución de la renta y la riqueza, sobre todo de la propiedad de la tierra, la deficiente explotación de la agricultura, la presencia de monopolios y oligopolios en la industria, la falta de transparencia en los mercados, la insuficiente dotación de capital fijo social, la escasa diversificación de las exportaciones y la dependencia creciente de las importaciones, la población creciente y la baja productividad e inestabilidad social y política. Todo ello configura un especial escenario en el que el proceso de generación y propagación de la inflación no puede ser explicado únicamente por las teorías de la inflación de demanda y la de costes, sino que hay que tener en cuenta además todas estas deficiencias o desequilibrios estructurales del correspondiente país.

Aumento sostenido del nivel general de precios. Inflation.

1 Cuando la demanda de un bien cualquiera excede la oferta, los precios tienden a aumentar. Este fenómeno fácilmente comprobable es muy conocido por los campesinos y las amas de casa: si la cosecha es mediocre, las zanahorias son caras. Los teóricos que sostienen que la inflación es consecuencia de un exceso de la demanda global, no dicen lo contrario. Por este motivo, histórica mente, la mayoría de las grandes crisis inflacionistas se han desarrollado con un fondo de racionamiento y de penuria en los períodos de guerra o de posguerra. En este sentido, el caso de Alemania en los años 20 es ilustrativo: en nueve meses, de marzo a noviembre de 1923, el precio de la libra de mantequilla saltó de 3 400 marcos a 280 000 millones de marcos.
De todos modos, esta forma de inflación -llamada galopante- es excepcional. Los gobiernos se han apresurado a orientar los fenómenos económicos. Saben utilizar la política monetaria, la política presupuestaria y el crédito para orientar la coyuntura y limitar el alza de los precios. Algunos países industrializados no han podido impedir una nueva forma de inflación crónica imposible de ser bloqueada sin que, a la vez, se frene el crecimiento y aumente el paro forzoso.
Para algunos, la responsabilidad incumbe exclusivamente a los sindicatos obreros, fuertemente organizados, cuyas presiones obligan a la patronal a conceder aumentos excesivos de salarios. Esto repercute sobre los precios de venta, contribuyendo así al encarecimiento regular del coste de la vida. Además, los precios en lugar de ser "empujados por la demanda" (demand pulí), como en el pasado, serían "impulsados por los salarios". Este análisis, perfeccionado y extendido a los costos no salariales, es el origen de la teoría que explica la moderna inflación por la presión de los costos (cost push).
Los sindicalistas oponen a este análisis una primera aclaración: si los hombres de empresa disponen de libertad variable para fijar los precios, ejercen esta libertad en una sola dirección: la del alza. Cuando los aumentos de la productividad o la baja de las materias primas disminuyen el precio de la fábrica, en la práctica jamás se benefician los consumidores.
Otra crítica dirigida a los industriales se refiere al modo en que financian sus inversiones (que el progreso técnico vuelve cada vez más pesadas y que deben ser amortizadas cada vez con mayor rapidez). El autofinanciamiento, que consiste en echar mano a los propios recursos de la empresa, lleva a los industriales a incluir en sus costos amortizaciones excesivas: de aquí deriva una presión suplementaria sobre los precios. Este factor de inflación será particularmente notorio en el comportamiento de las sociedades multinacionales, que por regla general operan en las ramas de gran demanda: química, petróleo, automóviles, informática, telecomunicaciones.
Fueran cuales fuesen sus causas, la inflación sólo tiene consecuencias negativas. En la medida en que disminuye la carga de los préstamos, con frecuencia estimula las inversiones. Controlada y contenida puede, en ciertos casos y dentro de algunos límites, contribuir al desarrollo económico. Una represión demasiado enérgica de las tensiones inflacionistas casi siempre conduce a la recesión. El principal problema presentado por la inflación es el de su porcentaje óptimo: la mayoría de los gobiernos consideran que actualmente es suficiente con que no supere el 10%.
Véase también: Deflación; Poder de compra; Política de ingresos; Stagflation.

Aumento sostenido y generalizado de los índices de precios.

 

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INFERIORIDAD DE SERVICIO
INFLACIÓN ABIERTA

 

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